john13
PRINCIPIANTE
mucha gente se preguntara o ignorara la historia de estos boss de mu ay se la dejo es muy interezante
(me parece tema destacado x q estos 2 boss son los mas fuertes actualmente en mtm y algunos user q les conte sobre ella tambien les parecio interezante
)
hasta yo la lei completa...
Hace exactamente 4500 años, en la tierra hoy conocida como MU, cuando Devias aún era verde, la torre celestial aún no era la torre perdida, MU aún poseía un linaje de emperadores…
En la verde Devias, lejos de la vista de todo mundo, se encontraba un niño de 10 años de edad, el niño tenía el cabello largo y negro, se le veía sumamente concentrado, con su mano izquierda sujetando su brazo derecho. Alrededor de su mano derecha se empezó a concentrar una masa de maná, luego esta se electrificó, al niño le temblaba el brazo y se le empezó a entumecer, después el niño miró fijamente una roca que se encontraba a 10 metros de el, extendió su brazo y un fuerte relámpago salió disparado en línea recta impactando la roca, haciéndola estallar en el acto.
Inmediatamente una gran sonrisa se dibujó en el rostro del niño -¡Lo hice, lo hice!- gritaba una y otra vez mientras, a la vez, daba saltos de la alegría que sentía
El niño llegó corriendo sonriente a su casa, su padre que se encontraba leyendo alguna especie de pergamino apenas levantó la mirada para ver quien era el que había llegado, sin embargo a este no le dio tiempo ni de saludar a si hijo cuando este llegó y le dijo sonriente – ¡Papá, hoy lancé mi primer relámpago!- Su padre apenas podía, antes de que el llegara a decir algo llegó la madre del niño y le dijo –Felicidades, Kundun- ahora su padre le sonrió –Kundun me enorgulleces, lograste dominar el relámpago con tan sólo 10 años, te felicito hijo mío- La sonrisa en el rostro de Kundun se hizo todavía más grande, después sus padres lo abrazaron.
Después de almorzar se puso de pie enérgicamente –Papá, mamá, voy a seguir practicando un poco más- su padre suspiró antes de responderle -Está bien, pero quiero que regreses a la casa antes de que caiga la noche- El niño salió corriendo de su casa para ir a practicar su dominio de la magia. En ese momento la madre de Kundun se acercó a el -¿Está bien que lo dejes sobre exigirse de esa forma?- Le preguntó ella con preocupación –Kundun es todo un prodigio de la magia, no me parece que se esté sobre exigiendo, su habilidad es simplemente sobrenatural, ningún hechicero dominaría la magia del relámpago a los 10 años, por eso lo aliento a que siga mejorando- Le respondió este.
Ese era Kundun, un niño prodigio destinado a convertirse en un gran hechicero, su cabello no había empezado a ponerse blanco como signo del uso prolongado de magia, cuando el ya se encontraba practicando el hechizo relámpago a la corta edad de 10 años.
Mientras Kundun iba a su campo de entrenamiento personal (aunque no era de el, solamente que por esa zona no había nadie más), otro niño, que parecía ser un poco menor que el, con cabello largo y blanco que brillaba intensamente de una forma que Kundun jamás había visto antes, estaba vestido con harapos y tenía la cara muy sucia, ese niño tenía cara de estar asustado y muy agitado, como si tuviera mucha prisa, el cargaba algunos alimentos, impactó contra Kundun –Discúlpame- le dijo ese niño mientras recogía del suelo lo que se le había caído a toda prisa y sin decir más nada salió corriendo.
Un minuto más tarde dos sujetos que portaban espadas cortas vinieron corriendo de la misma dirección de donde vino ese niño, allí mismo lo avistaron y uno de ellos dijo -¡Ahí está, tras el!- ambos aceleraron su marcha y aquel niño también empezó a correr más rápido, Kundun, quizás por pura curiosidad, los siguió.
El niño corría con todas sus fuerzas, pero ya se le notaba la fatiga, se hacía cada vez más lento y aquellos sujetos lo estaban alcanzando -¡Ladrón, vuelve acá!- le gritaron ambos, el niño siguió corriendo pero tropezó con una roca, antes de que le diera tiempo de ponerse en pie otra vez, ambos sujetos lo alcanzaron y uno de ellos lo tomó por sus ropas y lo alzó -¿Te parece gracioso estar robando comida de los mercados todos los días?- Le dijo uno de los sujetos enfadado, el niño no dijo ni una palabra y les ofreció aquello que robó, sin embargo el sujeto lo golpeó con fuerza en el rostro y luego en el estómago.
-¡¿Acaso crees que devolviendo lo que robaste hoy solucionas las cosas?!- le dijo el sujeto que lo golpeó –Tu has estado robando en los mercados desde hace años, eres simplemente un arma problemas, no tienes familia, simplemente eres una molestia- Le dijo el otro sujeto mientras desenvainaba su espada –No haces falta, solamente estorbas a otros y nadie te extrañará, harás mucho mejor estando muerto- Le dijo ese sujeto con frialdad, mientras el niño aún en el suelo se arrastraba intentando escapar, pero el otro sujeto lo agarró del cabello -¿A dónde crees que vas?- le dijo cruelmente.
El niño estaba sumamente asustado, estaba temblando y llorando –No… no por favor…- les decía con voz temblorosa, pero aquellos sujetos no le hacían caso alguno, uno de ellos alzó su espada para matarlo, cuando una serie de bolas de fuego impactaron contra el haciéndolo retroceder y soltar su arma, el otro sujeto que sujetaba a aquel niño gritó -¿quién demonios está allí?- Kundun salió de donde estaba escondido –El hecho de que el sea un ladrón, un estorbe según ustedes, no les da derecho a matarlo- Sin embargo el otro sujeto que tenía agarrado al niño sacó su arma dispuesto a matarlo, pero Kundun lanzó su recién aprendido relámpago contra el, hiriéndolo y alejándolo del niño que tenía agarrado, ambos sujetos presentaban quemaduras y se pusieron en pie, uno de ellos le dijo –Niño, no creas que olvidaremos esto- ambos sujetos se alejaron de ellos con furia.
Kundun extendió su mano a aquel niño de cabello blanco que seguía paralizado del miedo –Ya se fueron- pero aquel niño ni respondió –Me llamo Kundun ¿Cuál es tu nombre?- el niño guardó silencio antes de responderle –Me llamo Erohim, gracias por ahuyentar a esos sujetos- le dijo aquel niño, Kundun luego se sentó en ese sitio –Oye… ¿por qué te perseguían esos sujetos? ¿Acaso robaste comida?- Erohim desvió la mirada –Sí… es la única forma que tengo para no morirme de hambre…-
-En otras palabras, tú robas por necesidad, Erohim- le dijo Kundun, mientras Erohim con cara de tristeza asintió con su cabeza, se hizo un silencio por unos minutos, cuando Kundun lo interrumpió -¿y por qué no intentas vivir de la caza? Me han dicho que eso produce muy buen dinero- Pero la cara de Erohim decía “No sé de que estás hablando”, así que Kundun siguió –En esta tierra viven criaturas hostiles, ellas generalmente cargan algún tipo de arma o armadura, algo de dinero, o en los mejores casos, joyas que valen mucho dinero-
Pero Erohim no mostraba ninguna señal de verse esperanzado –Matar criaturas hostiles… para hacer eso se necesita ser fuerte, se necesita una fuerza de la que yo carezco…- Kundun al escuchar eso puso una cara de sorpresa -¿Cómo que no? Tú deberías ser más fuerte que yo, a los hechiceros conforme incrementan su habilidad mágica, su conexión con la magia natural, su cabello se va decolorando con el tiempo, mi cabello aún conserva su color, pero tu a pesar de que pareces ser más joven que yo ya tu cabello ha perdido todo su color y además emite algún tipo de luz, no se lo que significa pero debe ser algo bueno-
Ellos continuaron su diálogo un buen rato, hasta que Erohim por fin se decidió –De verdad parece una buena idea, pero… no tengo la más mínima idea de cómo usar magia- Kundun lo único que hizo fue sonreír –Si no sabes yo te enseño- le dijo el –Ven conmigo, justamente antes de encontrarte yo iba a un campo de entrenamiento-
Erohim era un niño de 8 años de edad, huérfano, era simplemente un niño mendigo de Devias que solía robar comida para poder mantenerse, ese día había sido perseguido por unos comerciantes que se encontraban furiosos por los constantes actos del niño. A pesar de poseer el cabello de color blanco, Erohim estaba muy lejos de ser un hechiero, el en realidad era un señor oscuro, una raza que apenas estaba empezando a aparecer en MU, los hechiceros que se enfocaron en magias oscuras/destructivas y en el dominio de criaturas del inframundo, sacrificando así su capacidad para hechizos de soporte.
Kundun intentó enseñar el uso de magia a Erohim, sin embargo este era incapaz de dominar los hechizos que usaban los magos, el solamente era capaz de lanzar una ráfaga de maná sumamente destructiva, pero después de eso el no podía hacer nada más, mientras Kundun seguía sin rendirse intentando enseñarle algún hechizo diferente, pero durante los seis primeros meses de entrenamiento no hubo resultado alguno.
Erohim se encontraba concentrado, generaba en su mano un fuego rojo intenso pero que aparecía y desaparecía de forma intermitente, después de un rato en eso Erohim bajó su brazo –Me rindo, no logro más que esto…- se dijo con desánimo, pero Kundun llegó y lo golpeó –Deja de decir eso y ponle más empeño a las cosas, si no lo logras es porque no te esfuerzas lo suficiente ¡Vamos!-
Al final del día, cuando empezaba a oscurecer, Erohim se dejó caer sobre el suelo para descansar un rato, cuando el divisó a lo lejos un pilar de llamas rojas que se alzaba hasta las nubes –Oye Kundun, ¿tú casa no queda por allá?- Erohim señaló la dirección donde estaba el pilar y Kundun al verla –Sí, mi casa queda por allá, mejor voy a ver que sucede- Kundun salió corriendo y Erohim lo siguió.
Al llegar a la casa de Kundun, encontraron a su padre que portaba un legendary staff peleando contra unos caballeros, allí ambos reconocieron a los dos comerciantes que estaban siguiendo a Erohim desde un principio, -Allí están, son los dos niños que estamos buscando… ¡A ellos!- los caballeros que estaban luchando contra el padre de Kundun voltearon y se dirigieron hacia ellos dos – ¡No lo harán!– dijo el padre de Kundun mientras hacía una teletransportación seguida de un hellfire que hizo caer a la mayoría de los caballeros que se dirigían hacia los dos niños.
Después el padre de Kundun lanzó un aqua beam que derrotó a los caballero restantes -¿se encuentras bien niños?- les dijo a ambos, pero en ese instante que se volteó un caballero que portaba un set dragon y dos doble blade lo golpeó dos veces por la espalda, haciéndolo caer al suelo.
-¿Se supone que ese era el gran problema junto con los dos niños?- Dijo aquel caballero con soberbia.
Aquel caballero no era uno convencional, su set se encontraba oscurecido y sus dos armas brillaban de un color rojo sangre, era un asesino, alguien que solamente vivía para matar, los cuales eran cazador por los centinelas de las ciudades y además los comerciantes se negaban a venderles cualquier tipo de suministros.
-Sí, ellos son el problema- le dijo uno de los comerciantes al caballero asesino, pero este no cambió la expresión de su rostro, luego tomó una de sus espadas y lanzó un profundo corte al pecho de ese comerciante, un corte que seguramente atravesó ambos pulmones y sus órganos vitales, la sangre de desparramó por el suelo, y de la punta de la espada del caballero empezó a gotear la sangre.
-¡¿Te has vuelto loco?! ¡¿Acaso quieres quedarte sin paga?!- le dijo el otro comerciante furioso, pero aquel caballero solamente alzó su espada de nuevo –Sólo me hicieron perder el tiempo, no me interesa si me pagan o no- lanzó un corte horizontal al otro comerciante matándolo de forma instantánea.
Después aquel caballero volteó su mirada a los otros tres que quedaban, el padre de Kundun que se encontraba herido, Kundun que estaba junto a su padre y Erohim que se le veía que estaba aterrado –No puedo creer que me hayan hecho perder el tiempo de esta forma tan ridícula, aunque sea me divertiré con ustedes tal y como hice con esa mujer…- El señaló con su espada a la casa de Kundun y sus padres y ahí estaba su madre muerta y ensangrentada de una forma horripilante…
Kundun y su padre al ver eso se quedaron paralizados y sin aliento, mientras aquel caballero se reía sádicamente –El dolor de ver muerto a uno de tus seres queridos… cuando se te va el aliento y te quedas paralizado y atónito porque no puedes creerlo… no importa cuantas veces vea esa cara que ponen… siempre siento el mismo placer- Después aquel asesino volteó su mirada hacia Erohim, que se encontraba paralizado del miedo.
El asesino se acercó lentamente hacia el, mientras que de las hojas de sus espadas goteaba lentamente la sangre, Erohim estaba simplemente paralizado del miedo –Esa cara de terror, no puedes ni mover un solo músculo, tu cuerpo no te obedece, deseas salir corriendo para salvar tu pellejo… tranquilo, muy pronto te irás…- El tomó a Erohim por el cuello y lo empezó a estrangular, Erohim sentía como no podía respirar, el aire no llegaba a sus pulmones, mientras sentía mucho dolor en el cuelo donde aquel asesino ejercía presión -¿Te duele? ¿Sientes como no puedes respirar?- le decía aquel asesino mientras lo estrangulaba y se reía.
Erohim llevó sujetó el brazo con el que aquel asesino lo estaba estrangulando, intentando zafarse en vano, el no podía ejercer fuerza suficiente para liberarse, el sentía como el aire le hacía falta y su visión se hacía borrosa y se oscurecía, mientras aquel asesino parecía estar cada vez más y más emocionado, cuando súbitamente una serie de bolas de maná golpearon al asesino en su brazo.
El asesino dejó de ejercer presión sobre el cuello de Erohim y volteó la mirada hacia la dirección de donde provinieron esos ataques, allí vio a Kundun de pie sosteniendo el cetro de su padre, con una cara de furia y determinación, pero aquel asesino pareció enfurecerse –Acabas de condenarte a una muerte prematura… rompiste la emoción del momento cuando iba a matar a este niño, si tanto lo deseas te mataré a ti primero- El asesino le propinó una fuerte patada en el estómago a Erohim que lo mandó a volar y cayó junto al padre de Kundun.
Erohim cayó al suelo y se llevó los brazos al estómago donde sentía un dolor muy intenso, mientras el padre de Kundun estaba en la línea entre la vida y la muerte, mientras Kundun peleaba no solo por su vida sino por la de ellos dos también contra aquel asesino.
Kundun lanzaba una tras otra las magias que conocía, pero aquel asesino las desviaba con una de sus espadas sin esfuerzo alguno, luego el asesino le intentó asestar varias cuchilladas, pero Kundun debido a su baja estatura y además a su buena agilidad las lograba esquivar o al menos evitar que estas generaran heridas severas.
Después de un rato en eso, el asesino rozó el suelo con la punta de su espada en dirección ascendente lanzándole tierra en el rostro a Kundun, la vista de Kundun se nubló y por pura suerte una empalada por parte del asesino solamente llegó a atravesar su hombro derecho, sin embargo el asesino aprovechó esa oportunidad para tomar a Kundun por el cuello y alzarlo en el aire.
-Eres más problemático de lo que pensaba- Le dijo el asesino mientras empezaba a estrangularlo.
Erohim estaba sumamente aterrorizado, tanto que su cuerpo no le obedecía, el quería y deseaba con toda su alma salvar a Kundun, pero su cuerpo no le obedecía, Erohim estaba entrando en una fuerte desesperación, su miedo le impedía salvar a Kundun que estaba a punto de ser asesinado, Erohim en su desesperación empezó a llorar.
-Niño… escúhame…- Le dijo el padre de Kundun a Erohim, este no dijo ni una palabra y escuchó lo que el moribundo padre de Kundun tenía que decir –Tu… eres totalmetne diferente a Kundun y a mí, no eres un hechicero… eres un señor oscuro… tu poder está en herir y destruir…- El padre de kundun tosió sangre dos veces -… No dudes… si deseas salvar a Kundun… deja que tu ira vuele salvajemente, destruye a tu enemigo… destruye al que está haciendo daño a quienes tu valoras… no debes tener misericordia… haz arder todos tus sentimientos y conviértete en un demonio…- Después de eso el padre de Kundun cayó inconsciente.
El asesino estrangulaba a Kundun, este ya sentía como no tenía aire, se debilitaba cada vez más, su visión se oscurecía, sus sentidos desaparecían –Pronto terminará tu dolor…- le dijo aquel asesino mientras empezaba a estrangularlo con todas sus fuerzas, en ese momento, unas cadenas envueltas en llamas rojas se enrollaron alrededor del brazo del asesino, el calor de las llamas era tan intenso que en cuestión de segundos derritió su armadura en el brazo y generó graves quemaduras, el asesino se vio obligado a soltar a Kundun.
La quemadura en el brazo era muy seria, el calo había devorado la mayor parte del tejido del brazo e incluso se llegaba a ver el hueso, ese brazo le había quedado inhabilitado al instante a aquel asesino, ahora el solamente podía pelear con un solo brazo, el asesino estaba sumamente furioso, miró a la dirección de donde provino ese ataque y allí vio a Erohim de pié, con su mano derecha quemada, mirando con furia al asesino.
-No sé que fue lo que hiciste… ¡pero te mataré por haberme quitado el brazo!- El asesinó corrió hacia el con la intención de matarla, per Erohim no se movió de su sitio, el brazo derecho de Erohim se envolvió en llamas rojas.
El asesino se acercó mucho a el y alzó su arma, mientras Kundun le gritaba a Erohim que se moviera de ahí, pero Erohim solamente dijo – ¡Fire Scream!- Erohim agitó su brazo como si fuera una espada y tres rayos de fuego que viajaban por el suelo fueron directamente hacia el asesino, los rayos de fuego lo impactaron directamente, derritiendo toda su armadura y causando quemaduras muy serias, después los tres rayos explotaron, la bola de llamas que salió hirió lo órganos vitales de del asesino, matándolo instantáneamente.
Erohim se le veía sumamente fatigado, además que ahora tenía severas quemaduras en todo el brazo derecho, el se volteó para ver a Kundun -¿Te encuentras bien?- Le preguntó Kundun a Erohim –Sí, solamente me siento un poco cans…- antes de poder terminar de decirlo Erohim cayó desmayado al suelo.
Erohim despertó en una cama dentro de un edificio de piedra, una elfa que estaba ahí se sorprendió al verlo despertarse, después Erohim se dio cuenta que tenía vendado el brazo derecho, el no tenía ni la más mínima idea de cuanto había estado inconsciente.
Erohim se incorporó bruscamente sobre su cama -¿Dónde estoy? ¿Qué ha sucedido? ¿Qué pasó con Kundun, su padre y el asesino?- Aquella elfa se aproximó a el –Niño estás en Devias, te encontramos al seguir un pilar de fuego en las afueras de Devias, te encontramos a ti y a un mago inconscientes, además había otro niño que tenía una herida profunda en el hombro- Pero Erohim seguía exaltado -¿Dónde están ellos?-
-Erohim, yo estoy bien, deberías preocuparte más por lo que te sucedió a ti, duraste inconsciente una semana entera-Le dijo Kundun que tenía vendajes alrededor de su hombro y otras partes donde fue herido también, pero con todo y eso Erohim seguía preguntando -¿Qué sucedió? ¿Qué le paso a tu padre y a aquel asesino?-
-Después que caíste inconsciente unos magos y unas elfas llegaron a donde estábamos atraídos por el pilar de llamas, ellos nos llevaron a nosotros hasta acá, un centro médico en Devias, el asesino resultó ser un criminal muy buscado en toda la zona que esos comerciantes rencorosos contrataron, tu lo mataste, así que ahora eres un héroe-
Pero después Erohim siguió preguntando -¿y tu padre?- Al decir eso Kundun bajó la mirada y se vio tristeza en sus ojos –Mi padre… no sobrevivió a sus heridas…- Se empezó a notar que Kundun hacía un esfuerzo para no llorar.
(me parece tema destacado x q estos 2 boss son los mas fuertes actualmente en mtm y algunos user q les conte sobre ella tambien les parecio interezante
hasta yo la lei completa...
Hace exactamente 4500 años, en la tierra hoy conocida como MU, cuando Devias aún era verde, la torre celestial aún no era la torre perdida, MU aún poseía un linaje de emperadores…
En la verde Devias, lejos de la vista de todo mundo, se encontraba un niño de 10 años de edad, el niño tenía el cabello largo y negro, se le veía sumamente concentrado, con su mano izquierda sujetando su brazo derecho. Alrededor de su mano derecha se empezó a concentrar una masa de maná, luego esta se electrificó, al niño le temblaba el brazo y se le empezó a entumecer, después el niño miró fijamente una roca que se encontraba a 10 metros de el, extendió su brazo y un fuerte relámpago salió disparado en línea recta impactando la roca, haciéndola estallar en el acto.
Inmediatamente una gran sonrisa se dibujó en el rostro del niño -¡Lo hice, lo hice!- gritaba una y otra vez mientras, a la vez, daba saltos de la alegría que sentía
El niño llegó corriendo sonriente a su casa, su padre que se encontraba leyendo alguna especie de pergamino apenas levantó la mirada para ver quien era el que había llegado, sin embargo a este no le dio tiempo ni de saludar a si hijo cuando este llegó y le dijo sonriente – ¡Papá, hoy lancé mi primer relámpago!- Su padre apenas podía, antes de que el llegara a decir algo llegó la madre del niño y le dijo –Felicidades, Kundun- ahora su padre le sonrió –Kundun me enorgulleces, lograste dominar el relámpago con tan sólo 10 años, te felicito hijo mío- La sonrisa en el rostro de Kundun se hizo todavía más grande, después sus padres lo abrazaron.
Después de almorzar se puso de pie enérgicamente –Papá, mamá, voy a seguir practicando un poco más- su padre suspiró antes de responderle -Está bien, pero quiero que regreses a la casa antes de que caiga la noche- El niño salió corriendo de su casa para ir a practicar su dominio de la magia. En ese momento la madre de Kundun se acercó a el -¿Está bien que lo dejes sobre exigirse de esa forma?- Le preguntó ella con preocupación –Kundun es todo un prodigio de la magia, no me parece que se esté sobre exigiendo, su habilidad es simplemente sobrenatural, ningún hechicero dominaría la magia del relámpago a los 10 años, por eso lo aliento a que siga mejorando- Le respondió este.
Ese era Kundun, un niño prodigio destinado a convertirse en un gran hechicero, su cabello no había empezado a ponerse blanco como signo del uso prolongado de magia, cuando el ya se encontraba practicando el hechizo relámpago a la corta edad de 10 años.
Mientras Kundun iba a su campo de entrenamiento personal (aunque no era de el, solamente que por esa zona no había nadie más), otro niño, que parecía ser un poco menor que el, con cabello largo y blanco que brillaba intensamente de una forma que Kundun jamás había visto antes, estaba vestido con harapos y tenía la cara muy sucia, ese niño tenía cara de estar asustado y muy agitado, como si tuviera mucha prisa, el cargaba algunos alimentos, impactó contra Kundun –Discúlpame- le dijo ese niño mientras recogía del suelo lo que se le había caído a toda prisa y sin decir más nada salió corriendo.
Un minuto más tarde dos sujetos que portaban espadas cortas vinieron corriendo de la misma dirección de donde vino ese niño, allí mismo lo avistaron y uno de ellos dijo -¡Ahí está, tras el!- ambos aceleraron su marcha y aquel niño también empezó a correr más rápido, Kundun, quizás por pura curiosidad, los siguió.
El niño corría con todas sus fuerzas, pero ya se le notaba la fatiga, se hacía cada vez más lento y aquellos sujetos lo estaban alcanzando -¡Ladrón, vuelve acá!- le gritaron ambos, el niño siguió corriendo pero tropezó con una roca, antes de que le diera tiempo de ponerse en pie otra vez, ambos sujetos lo alcanzaron y uno de ellos lo tomó por sus ropas y lo alzó -¿Te parece gracioso estar robando comida de los mercados todos los días?- Le dijo uno de los sujetos enfadado, el niño no dijo ni una palabra y les ofreció aquello que robó, sin embargo el sujeto lo golpeó con fuerza en el rostro y luego en el estómago.
-¡¿Acaso crees que devolviendo lo que robaste hoy solucionas las cosas?!- le dijo el sujeto que lo golpeó –Tu has estado robando en los mercados desde hace años, eres simplemente un arma problemas, no tienes familia, simplemente eres una molestia- Le dijo el otro sujeto mientras desenvainaba su espada –No haces falta, solamente estorbas a otros y nadie te extrañará, harás mucho mejor estando muerto- Le dijo ese sujeto con frialdad, mientras el niño aún en el suelo se arrastraba intentando escapar, pero el otro sujeto lo agarró del cabello -¿A dónde crees que vas?- le dijo cruelmente.
El niño estaba sumamente asustado, estaba temblando y llorando –No… no por favor…- les decía con voz temblorosa, pero aquellos sujetos no le hacían caso alguno, uno de ellos alzó su espada para matarlo, cuando una serie de bolas de fuego impactaron contra el haciéndolo retroceder y soltar su arma, el otro sujeto que sujetaba a aquel niño gritó -¿quién demonios está allí?- Kundun salió de donde estaba escondido –El hecho de que el sea un ladrón, un estorbe según ustedes, no les da derecho a matarlo- Sin embargo el otro sujeto que tenía agarrado al niño sacó su arma dispuesto a matarlo, pero Kundun lanzó su recién aprendido relámpago contra el, hiriéndolo y alejándolo del niño que tenía agarrado, ambos sujetos presentaban quemaduras y se pusieron en pie, uno de ellos le dijo –Niño, no creas que olvidaremos esto- ambos sujetos se alejaron de ellos con furia.
Kundun extendió su mano a aquel niño de cabello blanco que seguía paralizado del miedo –Ya se fueron- pero aquel niño ni respondió –Me llamo Kundun ¿Cuál es tu nombre?- el niño guardó silencio antes de responderle –Me llamo Erohim, gracias por ahuyentar a esos sujetos- le dijo aquel niño, Kundun luego se sentó en ese sitio –Oye… ¿por qué te perseguían esos sujetos? ¿Acaso robaste comida?- Erohim desvió la mirada –Sí… es la única forma que tengo para no morirme de hambre…-
-En otras palabras, tú robas por necesidad, Erohim- le dijo Kundun, mientras Erohim con cara de tristeza asintió con su cabeza, se hizo un silencio por unos minutos, cuando Kundun lo interrumpió -¿y por qué no intentas vivir de la caza? Me han dicho que eso produce muy buen dinero- Pero la cara de Erohim decía “No sé de que estás hablando”, así que Kundun siguió –En esta tierra viven criaturas hostiles, ellas generalmente cargan algún tipo de arma o armadura, algo de dinero, o en los mejores casos, joyas que valen mucho dinero-
Pero Erohim no mostraba ninguna señal de verse esperanzado –Matar criaturas hostiles… para hacer eso se necesita ser fuerte, se necesita una fuerza de la que yo carezco…- Kundun al escuchar eso puso una cara de sorpresa -¿Cómo que no? Tú deberías ser más fuerte que yo, a los hechiceros conforme incrementan su habilidad mágica, su conexión con la magia natural, su cabello se va decolorando con el tiempo, mi cabello aún conserva su color, pero tu a pesar de que pareces ser más joven que yo ya tu cabello ha perdido todo su color y además emite algún tipo de luz, no se lo que significa pero debe ser algo bueno-
Ellos continuaron su diálogo un buen rato, hasta que Erohim por fin se decidió –De verdad parece una buena idea, pero… no tengo la más mínima idea de cómo usar magia- Kundun lo único que hizo fue sonreír –Si no sabes yo te enseño- le dijo el –Ven conmigo, justamente antes de encontrarte yo iba a un campo de entrenamiento-
Erohim era un niño de 8 años de edad, huérfano, era simplemente un niño mendigo de Devias que solía robar comida para poder mantenerse, ese día había sido perseguido por unos comerciantes que se encontraban furiosos por los constantes actos del niño. A pesar de poseer el cabello de color blanco, Erohim estaba muy lejos de ser un hechiero, el en realidad era un señor oscuro, una raza que apenas estaba empezando a aparecer en MU, los hechiceros que se enfocaron en magias oscuras/destructivas y en el dominio de criaturas del inframundo, sacrificando así su capacidad para hechizos de soporte.
Kundun intentó enseñar el uso de magia a Erohim, sin embargo este era incapaz de dominar los hechizos que usaban los magos, el solamente era capaz de lanzar una ráfaga de maná sumamente destructiva, pero después de eso el no podía hacer nada más, mientras Kundun seguía sin rendirse intentando enseñarle algún hechizo diferente, pero durante los seis primeros meses de entrenamiento no hubo resultado alguno.
Erohim se encontraba concentrado, generaba en su mano un fuego rojo intenso pero que aparecía y desaparecía de forma intermitente, después de un rato en eso Erohim bajó su brazo –Me rindo, no logro más que esto…- se dijo con desánimo, pero Kundun llegó y lo golpeó –Deja de decir eso y ponle más empeño a las cosas, si no lo logras es porque no te esfuerzas lo suficiente ¡Vamos!-
Al final del día, cuando empezaba a oscurecer, Erohim se dejó caer sobre el suelo para descansar un rato, cuando el divisó a lo lejos un pilar de llamas rojas que se alzaba hasta las nubes –Oye Kundun, ¿tú casa no queda por allá?- Erohim señaló la dirección donde estaba el pilar y Kundun al verla –Sí, mi casa queda por allá, mejor voy a ver que sucede- Kundun salió corriendo y Erohim lo siguió.
Al llegar a la casa de Kundun, encontraron a su padre que portaba un legendary staff peleando contra unos caballeros, allí ambos reconocieron a los dos comerciantes que estaban siguiendo a Erohim desde un principio, -Allí están, son los dos niños que estamos buscando… ¡A ellos!- los caballeros que estaban luchando contra el padre de Kundun voltearon y se dirigieron hacia ellos dos – ¡No lo harán!– dijo el padre de Kundun mientras hacía una teletransportación seguida de un hellfire que hizo caer a la mayoría de los caballeros que se dirigían hacia los dos niños.
Después el padre de Kundun lanzó un aqua beam que derrotó a los caballero restantes -¿se encuentras bien niños?- les dijo a ambos, pero en ese instante que se volteó un caballero que portaba un set dragon y dos doble blade lo golpeó dos veces por la espalda, haciéndolo caer al suelo.
-¿Se supone que ese era el gran problema junto con los dos niños?- Dijo aquel caballero con soberbia.
Aquel caballero no era uno convencional, su set se encontraba oscurecido y sus dos armas brillaban de un color rojo sangre, era un asesino, alguien que solamente vivía para matar, los cuales eran cazador por los centinelas de las ciudades y además los comerciantes se negaban a venderles cualquier tipo de suministros.
-Sí, ellos son el problema- le dijo uno de los comerciantes al caballero asesino, pero este no cambió la expresión de su rostro, luego tomó una de sus espadas y lanzó un profundo corte al pecho de ese comerciante, un corte que seguramente atravesó ambos pulmones y sus órganos vitales, la sangre de desparramó por el suelo, y de la punta de la espada del caballero empezó a gotear la sangre.
-¡¿Te has vuelto loco?! ¡¿Acaso quieres quedarte sin paga?!- le dijo el otro comerciante furioso, pero aquel caballero solamente alzó su espada de nuevo –Sólo me hicieron perder el tiempo, no me interesa si me pagan o no- lanzó un corte horizontal al otro comerciante matándolo de forma instantánea.
Después aquel caballero volteó su mirada a los otros tres que quedaban, el padre de Kundun que se encontraba herido, Kundun que estaba junto a su padre y Erohim que se le veía que estaba aterrado –No puedo creer que me hayan hecho perder el tiempo de esta forma tan ridícula, aunque sea me divertiré con ustedes tal y como hice con esa mujer…- El señaló con su espada a la casa de Kundun y sus padres y ahí estaba su madre muerta y ensangrentada de una forma horripilante…
Kundun y su padre al ver eso se quedaron paralizados y sin aliento, mientras aquel caballero se reía sádicamente –El dolor de ver muerto a uno de tus seres queridos… cuando se te va el aliento y te quedas paralizado y atónito porque no puedes creerlo… no importa cuantas veces vea esa cara que ponen… siempre siento el mismo placer- Después aquel asesino volteó su mirada hacia Erohim, que se encontraba paralizado del miedo.
El asesino se acercó lentamente hacia el, mientras que de las hojas de sus espadas goteaba lentamente la sangre, Erohim estaba simplemente paralizado del miedo –Esa cara de terror, no puedes ni mover un solo músculo, tu cuerpo no te obedece, deseas salir corriendo para salvar tu pellejo… tranquilo, muy pronto te irás…- El tomó a Erohim por el cuello y lo empezó a estrangular, Erohim sentía como no podía respirar, el aire no llegaba a sus pulmones, mientras sentía mucho dolor en el cuelo donde aquel asesino ejercía presión -¿Te duele? ¿Sientes como no puedes respirar?- le decía aquel asesino mientras lo estrangulaba y se reía.
Erohim llevó sujetó el brazo con el que aquel asesino lo estaba estrangulando, intentando zafarse en vano, el no podía ejercer fuerza suficiente para liberarse, el sentía como el aire le hacía falta y su visión se hacía borrosa y se oscurecía, mientras aquel asesino parecía estar cada vez más y más emocionado, cuando súbitamente una serie de bolas de maná golpearon al asesino en su brazo.
El asesino dejó de ejercer presión sobre el cuello de Erohim y volteó la mirada hacia la dirección de donde provinieron esos ataques, allí vio a Kundun de pie sosteniendo el cetro de su padre, con una cara de furia y determinación, pero aquel asesino pareció enfurecerse –Acabas de condenarte a una muerte prematura… rompiste la emoción del momento cuando iba a matar a este niño, si tanto lo deseas te mataré a ti primero- El asesino le propinó una fuerte patada en el estómago a Erohim que lo mandó a volar y cayó junto al padre de Kundun.
Erohim cayó al suelo y se llevó los brazos al estómago donde sentía un dolor muy intenso, mientras el padre de Kundun estaba en la línea entre la vida y la muerte, mientras Kundun peleaba no solo por su vida sino por la de ellos dos también contra aquel asesino.
Kundun lanzaba una tras otra las magias que conocía, pero aquel asesino las desviaba con una de sus espadas sin esfuerzo alguno, luego el asesino le intentó asestar varias cuchilladas, pero Kundun debido a su baja estatura y además a su buena agilidad las lograba esquivar o al menos evitar que estas generaran heridas severas.
Después de un rato en eso, el asesino rozó el suelo con la punta de su espada en dirección ascendente lanzándole tierra en el rostro a Kundun, la vista de Kundun se nubló y por pura suerte una empalada por parte del asesino solamente llegó a atravesar su hombro derecho, sin embargo el asesino aprovechó esa oportunidad para tomar a Kundun por el cuello y alzarlo en el aire.
-Eres más problemático de lo que pensaba- Le dijo el asesino mientras empezaba a estrangularlo.
Erohim estaba sumamente aterrorizado, tanto que su cuerpo no le obedecía, el quería y deseaba con toda su alma salvar a Kundun, pero su cuerpo no le obedecía, Erohim estaba entrando en una fuerte desesperación, su miedo le impedía salvar a Kundun que estaba a punto de ser asesinado, Erohim en su desesperación empezó a llorar.
-Niño… escúhame…- Le dijo el padre de Kundun a Erohim, este no dijo ni una palabra y escuchó lo que el moribundo padre de Kundun tenía que decir –Tu… eres totalmetne diferente a Kundun y a mí, no eres un hechicero… eres un señor oscuro… tu poder está en herir y destruir…- El padre de kundun tosió sangre dos veces -… No dudes… si deseas salvar a Kundun… deja que tu ira vuele salvajemente, destruye a tu enemigo… destruye al que está haciendo daño a quienes tu valoras… no debes tener misericordia… haz arder todos tus sentimientos y conviértete en un demonio…- Después de eso el padre de Kundun cayó inconsciente.
El asesino estrangulaba a Kundun, este ya sentía como no tenía aire, se debilitaba cada vez más, su visión se oscurecía, sus sentidos desaparecían –Pronto terminará tu dolor…- le dijo aquel asesino mientras empezaba a estrangularlo con todas sus fuerzas, en ese momento, unas cadenas envueltas en llamas rojas se enrollaron alrededor del brazo del asesino, el calor de las llamas era tan intenso que en cuestión de segundos derritió su armadura en el brazo y generó graves quemaduras, el asesino se vio obligado a soltar a Kundun.
La quemadura en el brazo era muy seria, el calo había devorado la mayor parte del tejido del brazo e incluso se llegaba a ver el hueso, ese brazo le había quedado inhabilitado al instante a aquel asesino, ahora el solamente podía pelear con un solo brazo, el asesino estaba sumamente furioso, miró a la dirección de donde provino ese ataque y allí vio a Erohim de pié, con su mano derecha quemada, mirando con furia al asesino.
-No sé que fue lo que hiciste… ¡pero te mataré por haberme quitado el brazo!- El asesinó corrió hacia el con la intención de matarla, per Erohim no se movió de su sitio, el brazo derecho de Erohim se envolvió en llamas rojas.
El asesino se acercó mucho a el y alzó su arma, mientras Kundun le gritaba a Erohim que se moviera de ahí, pero Erohim solamente dijo – ¡Fire Scream!- Erohim agitó su brazo como si fuera una espada y tres rayos de fuego que viajaban por el suelo fueron directamente hacia el asesino, los rayos de fuego lo impactaron directamente, derritiendo toda su armadura y causando quemaduras muy serias, después los tres rayos explotaron, la bola de llamas que salió hirió lo órganos vitales de del asesino, matándolo instantáneamente.
Erohim se le veía sumamente fatigado, además que ahora tenía severas quemaduras en todo el brazo derecho, el se volteó para ver a Kundun -¿Te encuentras bien?- Le preguntó Kundun a Erohim –Sí, solamente me siento un poco cans…- antes de poder terminar de decirlo Erohim cayó desmayado al suelo.
Erohim despertó en una cama dentro de un edificio de piedra, una elfa que estaba ahí se sorprendió al verlo despertarse, después Erohim se dio cuenta que tenía vendado el brazo derecho, el no tenía ni la más mínima idea de cuanto había estado inconsciente.
Erohim se incorporó bruscamente sobre su cama -¿Dónde estoy? ¿Qué ha sucedido? ¿Qué pasó con Kundun, su padre y el asesino?- Aquella elfa se aproximó a el –Niño estás en Devias, te encontramos al seguir un pilar de fuego en las afueras de Devias, te encontramos a ti y a un mago inconscientes, además había otro niño que tenía una herida profunda en el hombro- Pero Erohim seguía exaltado -¿Dónde están ellos?-
-Erohim, yo estoy bien, deberías preocuparte más por lo que te sucedió a ti, duraste inconsciente una semana entera-Le dijo Kundun que tenía vendajes alrededor de su hombro y otras partes donde fue herido también, pero con todo y eso Erohim seguía preguntando -¿Qué sucedió? ¿Qué le paso a tu padre y a aquel asesino?-
-Después que caíste inconsciente unos magos y unas elfas llegaron a donde estábamos atraídos por el pilar de llamas, ellos nos llevaron a nosotros hasta acá, un centro médico en Devias, el asesino resultó ser un criminal muy buscado en toda la zona que esos comerciantes rencorosos contrataron, tu lo mataste, así que ahora eres un héroe-
Pero después Erohim siguió preguntando -¿y tu padre?- Al decir eso Kundun bajó la mirada y se vio tristeza en sus ojos –Mi padre… no sobrevivió a sus heridas…- Se empezó a notar que Kundun hacía un esfuerzo para no llorar.
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